Es muy probable que cuando alguien busca un maestro de ceremonia o un oficiante de boda esté pensando en aquel familiar o amigo que, con cierto desparpajo, pueda hacer el papel para llevar a cabo una boda civil. Sin embargo, hay que ser prudentes. ¿No crees que es jugártela? Atentos a las razones que podrían hacerte cambiar de opinión y decantarte por un maestro de ceremonia profesional.
La importancia de ser profesional: el maestro de ceremonia
Es cierto que las ceremonias simbólicas son cada vez son más frecuentes, y van ganando protagonismo con respecto a las bodas tradicionales, por la iglesia o en el juzgado. Dan lugar a que la boda sea mucho más flexible, íntima y emotiva, aprovechando el mismo espacio para la recepción de la boda civil.
¿El resultado? Ceremonias totalmente personalizadas y mucho más emotivas que las que tienen valor legal, recluidas en una fría sala de un juzgado. También se evita el desplazamiento de invitados de un lugar a otro, toda una ventaja tanto para los novios como para estos comensales.
Ahora bien, para llevar a cabo este tipo de ceremonias hace falta alguien que las celebre. Normalmente se suele recurrir a un oficiante profesional, aunque hay parejas que prefieren que lo haga alguien cercano. Son los conocidos como «oficiantes amateur», personas sin miedo aparente de hablar en público, que se expresen con claridad, que tengan carisma y cierto sentido del humor. Y además sean de la familia y, como no, no hay que pagar por ellos.
Pero de ser así, ¿por qué seleccionamos normalmente a Djs profesionales o un catering profesional para nuestra boda, y no confiamos en el servicio profesional de un oficiante? Posiblemente porque no tengamos en mente la importancia que tiene su papel en un día como éste.
Los «contras» de contar con un amigo como oficiante
Se han dado casos de confiar el papel a un familiar/amigo que ha restado seriedad a una ceremonia que ya de por sí carece de oficialidad. La clave está en contar con un profesional que tenga experiencia en la materia, que conozca a los novios y les dé la misma importancia a los dos el mismo día de la boda.
¿Qué ocurre si el oficiante es hermano de uno de los miembros de la pareja? ¿No es más probable que su discurso vaya más enfocado a ese miembro? Y si finalmente, según vaya acercándose la fecha, ¿cómo le decimos a ese familiar que no está enfocando la ceremonia como debiera? ¿Y si te arrepientes de que sea ese familiar o amigo? ¿Cómo se lo dices?
Además, la comunicación es clave. Hay maestros de ceremonia que, al ser familiares, se sienten con la libertad de planificar la ceremonia a su gusto y no al de la pareja. Contar con un oficiante profesional permite conocer cómo queréis que sea la boda, asesoraros según su experiencia con casos de éxito, detallando qué esperáis de él o ella. Y cualquiera, por muy extrovertido que sea, podrá realizar esta tarea con suficientes garantías.
Por lo tanto, aunque la ceremonia simbólica no tenga valor legal, sí que lo tiene a nivel emocional. En este sentido es importante acertar con la persona que se seleccione como oficiante para que todo salga perfecto. Profesionalizar un momento tan importante para la pareja es clave para el éxito. Por ello, ante la duda, es mejor contratar este servicio. ¿Hablamos?
Imagen | ML Fotógrafos
3 comentarios en “Busco maestro de ceremonia: ¿Debo confiar en un oficiante sin experiencia?”